Dato Simpático: Exfoliación con Café
Quiero partir por agradecer a mis papás por haberme dado una excelente piel. Gracias papá, gracias mamá. Luego de los agradecimientos quiero contarles que afortunadamente sólo me preocupo de limpiar y humectar mi piel (hasta el momento). Lo que sí hago al menos 1 veces a la semana es exfoliar mi cara y mi cuerpo. Fue en esa aventura de la exfoliación facial donde me contaron que te puedes hacer una exfoliación con café de grano molido:
- Limpia la cara con tu rutina de limpieza facial diaria y deja la piel ligeramente humedecida.
- Toma dos cucharadas del café molido (ojalá utilizado) y mezcla con una cucharada de aceite: puede ser de sésamo, almendra o girasol.
- Aplica la mezcla sobre el rostro masajeando suavemente, evitando la zona debajo de lo ojos. Ho hay que frotar demasiado, por si tienes una piel sensible.
- Lavar con agua tibia pasados 10 minutos, dejando que la piel se seque sola.
- Mezclar una cuchara sopera de aceite que se usó para el tratamiento con dos cucharas soperas de agua purificada y humedeciendo un algodón en el líquido, quitar los restos de la mascarilla, rehidratando la piel al mismo tiempo.
- La cafeína concentrada en los granos de café estimula la circulación sanguínea del rostro y su efecto anti-inflamatorio calma la piel y relaja los músculos de la cara.
Si te sobra un poco de este exfoliante de café lo puedes guardar en un recipiente de vidrio, ya que ambos productos, café y aceite ,no caducan. Así no tendrás que prepararlo siempre para quedar con la piel como potito de guagua. Macanudo!
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